Esa imagen que están ustedes viendo, mis queridos blogueros, es el cuadro al óleo que Gericault pintó con motivo del naufragio de la fragata francesa “Medusa”, pero lo podría haber pintado igualmente pensando en el PSOE que Zetaparo deja tras ocho años de haber encumbrado la estupidez más demencial al noble oficio la cosa pública. Les propongo un ejercicio de estilo, analicen detenidamente los personajes y póngales cara y nombre: Blanco, Salgado, Chacón…Se cuenta que de 147 sobrevivieron sólo 15, como en esta elecciones más o menos. No hablo de otras miembras como la Bibianita o la De la Vogue, porque ésas se despidieron agitando el pañuelo de las lágrimas y los mocos mientras subían al crucero de vacaciones en el mar. Ahora lloran como mujeres lo que no supieron defender como “mujeros” , entre bandejas de marisco servidas por el mismísimo Rodolfo Langostino. Hace ocho años se votó cobardía, hace cuatro pesebrismo, ayer desesperación. Este cantamañanas de páramo, este faro y guía a la violeta, este lector impenitente del libro gordo de Petete, no sólo ha hundido a España en la miseria económica y moral si no –y lo que es peor- que ha sumergido a su partido en un agujero negro electoral, privándole de la posibilidad de hacer oposición sosteniéndole la mirada al banquillo del gobernalle, ha despojado a los suyos de la dignidad del derrotado en buena lid porque no ha tenido ni la vergüenza de dar la jeta ante quienes sabiéndose perdedores lo han votado, ni ante quienes lo hemos padecido estoicamente esta última legislatura. A mayor abundamiento ha dejado en los escaños de su partido un ejército de viejas glorias a modo de zombis que lastrarán la necesaria regeneración de una siglas que naufragan ,como la balsa de la medusa, en este siglo canalla. Ha dejado sin legitimidad a mucha gente equivocada pero honrada - que la hay y mucha entre sus filas -, a los que hizo creer que con sólo talante se conseguía entrar en el país de la abeja Maya y que han descubierto que de la chistera de este mago de “Oz y Coz” no salían conejos si no ratas de alcantarilla que abarrotaban las cañerías del poder. Ha dejado al partido ganador sólo ante la gentuza nazionalista y el sindicalismo maqui. Sin reconocer la mayor - el fracaso de una manera de entender la política al estilo Toy Story - y sin un gesto de dignidad como es la dimisión (su penúltimo cartucho, el último sería para pegarse un tiro) en la misma noche electoral, a Rajoy sólo le queda contratar un buen equipo de pulidores que den cera al suelo de la Moncloa y quiten lo surcos que las uñas de Zapatero dejen cuando lo saquen a rastras de allí.
Ahora sólo toca esperar una carnicería gore a lo “matanza de Texas 2” en el próximo Congreso socialista y asistir a las maniobras cainitas que Alfredo P. Rasputín y la ya exministra de los soldados del amol protagonicen entre las carcajadas que, desde la hípica, Bono soltará aupado al Asno de Buridán. No me preocupa Rajoy, porque cuando la cosa se pone fea los españoles sabemos siempre habrá un gallego que nos saque del atolladero , además es especialista en fabricar “cecina de León”. Me preocupa esta panda de degraciados progretas que se van a acuchillar de manera inmisericorde de aquí a nada (en Ferraz ya tienen trabajando a un afilaor a jornada completa en el sable del agüelo de Zapatero) con cuchillos y cuchillas de una manera sostenible aplicando la igualdad en su más amplio sentido a miembros y miembras y con un memoria histórica intacta sobre dónde cavar, esta vez para enterrar en vez de desenterrar a las víctimas de 20N.
Buena fecha la del 20N en la que los españoles enterramos a Franco y Jose Antonio y ahora hacemos lo propio con quien nos ha llevado hasta las puertas de Mordor. Por lo menos con su ideología mezcla de revanchismo de patio de cole y sabiduría de tebeo barato. ¡Hay de los vencidos!
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